Veronica Morera
No se qué hacer
Actualizado: 27 nov 2020
"No se qué hacer y siento que me ahogo" es una experiencia demasiado real de incertidumbre-confusión que llega hasta los huesos. Tiene diferentes tonalidades y sabores y vamos a explorarla juntos.
Podremos reconocer que estamos navegando aguas turbias de vulnerabilidad, apego mental y búsqueda de propósito/seguridad cuando sobreanalizamos nuestra voluntad.

Hay diferentes tipos de no se qué hacer con su respectivo sobreanalisis y dudas acerca de nuestra voluntad: la catástrofe, el quién soy yo, lo quiero así y punto, soy el único y el chillax.
La catástrofe: Aquí la mente pinta en lo que parece frente a nuestros ojos una pelicula completa (o medio incompleta) acerca de las consecuencias, necesidades, opciones y consecuencias de lo que decidamos hacer en ese momento, lo que hemos hecho (pasado) o haremos (futuro)... con un toque (o tomenta) de "fin del mundo" u obsesión controladora. Estos suelen ser los bucles mentales. Podemos llegar incluso a sobreanalizar que estamos sobreanalizando y con ello "perdiendo" tiempo, oportunidades, energia y haciendolo mal y nos vamos por un camino de desespero y sensacion de que no sabemos tomar decisiones congruentes. Nos solemos ir por la via más dramática y llena de miedos, con un mega enfoque en el evitar. Evitar enfermedad. Evitar muerte. Evitar caos. Evitar dolor. También nos podemos ir por la via de victimizacion y drama, donde damos por hecho que vamos a sufrir, cuando en realidad ya estamos sufriendo por nuestro miedo de sufrir. En la catástrofe nuestra relación con incertidumbre viene marcada por un control rigido y extremista con gran apego mental, dentro del cual no sabemos diferencias peliculas y bucles mentales de la realidad, rogando por algo de seguridad si la mente tan solo nos brindara una pelicula "linda" que nos pudiesemos creer. Este tipo de "no se qué hacer" es uno de los más tormentosos y que más suele acompañar egocentrismo, ansiedad y pánico sostenido.
El quién soy yo: ¿Lo estoy escogiendo por ego o por mi yo genuino? Es comun observar un ego espiritual en este caso, dónde hay tanto rechazo a ego y obsesión con esencia que no nos permitimos explorar en la vida, constantemente temiendo "caer" en ego, y por ende terminamos viviendo en ego. Es una sobre-identificación con esencia desde la mente y la demonización del ego buscando un perfeccionismo maladaptativo a lo que consideramos paz y espiritualidad, rechazando nuestra sombras y temiendo tocar el ego con vulnerabilidad.
Lo quiero asi y punto: En este caso escogemos un objetivo/resultado y suponemos que nuestra decisión del presente tiene que llevarnos a que se cumpla. El hacer lo vemos como un lugar dónde llegar, menospreciando el camino y olvidando que toda la vida es en realidad un misterio. Nos aferramos a que el hacer tiene que llevarme al un determinado lugar en el futuro y por ende sobre-proyectamos en la mente la pelicula, buscando que nos lleve sin mucha pelea a nuestros deseos, entrando en pataletas, pánico y obsesión-compulsión cuando el camino no lo vemos claro. En ocasiones hay un rechazo a la realidad porque estamos cansados... y obviamente esto ocurre, porque estamos vivos, y queremos tanto la otra idea posible pero lo que más encontramos es frustración y desespero.
Soy el único: El hacer en este caso nos coloca en una posición excesivamente egocéntrica y de semi-dios todopoderoso donde se nos olvida que nosotros somos una muy minúscula parte de un todo. Esa parte de voluntad nuestra es incluso increiblemente susceptible a entorno, condiciones, consciencia e intención. No tenemos tanta poder como pensamos y si tenemos, aun le queda interactuar con otras voluntades en el camino. Asi que lo hacemos importa... pero no tanto. Vamos a bajarnos de esa nube. Nuestras acciones siempre son lo mejor que podemos en el momento. Enfocarnos en consciencia, tribu y cuidarnos es más eficiente que objetivo-obsesión.
El chillax: Podemos sentir que no sabemos que hacer y no hundirnos en drama. Nos podemos relajar dentro de la tensión. Podemos quebrarnos y luego descansar. Podemos aprender a navegar sin exigirnos hacerlo para llevarnos un premio de dignidad sino porque tenemos curiosidad y la intención de aprender. No saber que hacer es una realidad de todos. Nadie sabe hasta que ocurre. Hasta que sabe. Antes de eso lo único que tenemos son ideas y probabilidades. Proyectemos, planeamos y a la vez aprendamos a trabajar con lo que tenemos en el presente. Aquí nos permitimos sentir y aprender con confianza en presencia de miedo.
Nuestra relación con la realidad (no sabemos un coño, certeza no existe), inevitablemente nos lleva a rozar la experiencia del no saber qué hacer. Solo un adulto atado a ego y apego mental encuentra un problema en ello. Cuando eramos niños no sabiamos caminar, hablar o si quiera comer (vean a un bebé recién nacido aprender a lactar o chupar de biberón). Pero no ves a un bebé o niño entrar en drama existencial porque no sabe. Explora, con objetivos mentales, conexión corporal e intuición. Es solo el adulto que cree que no saber es un problema. El no saber es una realidad. Es una condición de existir y el inevitable acompañante de crecimiento, cambio y novedad.
Te invito a revisar tu relación con la realidad, con el aprender y con la mente. Verás... si crees que hay seguridad en sabertelo todo solo te has aferrado a la mente como si fuese tu madre que te abraza en una nocge fria. La mente no es eso. Esa es una carga muy grande para la mente. Aprendamos a hacer las paces con no saber y poder tomar decisiones alineadas con la realidad. Aprendamos incluso a hacer con valentia y sin tanto afán por la sensación de "ya se".
Te invito a cuestionar tu relación con incertidumbre. Puedes formar parte de mi comunidad en Patreon (para espiritualidad), sesiones privadas con Inma Domínguez de mi equipo aquí o esta Ted Talk de vulnerabilidad de Brené Brown (sub. en Español).